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¿Trabajamos como Perros? ¿Cómo gestionamos el inevitable conflicto?

por Milly Cabán

En esta serie de artículos pretendemos compartir observaciones sobre el comportamiento canino y sobre cómo podemos de ellos(as) aprender a tener mejores interacciones humanas, no obstante, no queremos romantizar a nuestros amados y leales amigos de cuatro patas que de vez en cuando también se encuentran en situaciones conflictivas y al igual que en nuestras interacciones, es algo que merece ser atendido para garantizar la salud de nuestras relaciones, nuestros resultados personales y laborales, nuestra cohesión, nuestra productividad, en fin, nuestra paz.

Hay unas diferencias esenciales entre ellas y nosotras, sabemos que el nivel de capacidad intelectual no es el mismo, así que si bien percibo que su menor capacidad para razonar, en algunas instancias es útil (por ejemplo porque perdonan rápido, y no se quedan resentidos o buscando “venganzas”) en otros aspectos la manera de manejar los conflictos en los que se encuentran, puede ser diametralmente opuesta a la que nos convendría a nosotros o menos prudente, por decir algo, nosotros(as) podemos mencionar, de manera jocosa, entiendo que no nos ayudará mucho el estar resolviendo conflictos a mordiscos. Por lo que el raciocinio nos pone (bueno, se supone) en ventaja en este tema en particular. Les cuento que en mi casa hay dos miembros de la familia que son chicas de cuatro patas, cada una con una personalidad única: Suri Anne, una lab mix sata (mestiza) de color blanco y ojos amarillos es muy dulce y expresiva, también bastante traviesa y Kai, una lab mix sata (mestiza) de color chocolate y ojos amarillos, menos expresiva y más independiente, ambas muy amorosas y receptivas a nuestra voz.

Cuando se trata de conflicto, Suri es más sumisa y Kai es más bravucona, de modo que, Kai suele salirse con la suya cuando hay alguna disputa por comida, juguetes o alguna sabanita. Suri, para resolver, lo que hace es acudir a nosotros esperando una mediación para que se reestablezca lo que ella entiende que es justicia.

Habiendo gestionado conflictos en entornos laborales y caninos, les contaré por aquí algunos de los paralelos entre ambos mundos sin dejar atrás las diferencias en las estrategias en cada instancia. Y cerraré con una pequeña guía para gestionar conflictos de manera saludable.

Mencioné antes que Suri suele ir buscando mediador, y eso puede sernos útil cuando el conflicto ha escalado y se nos ha salido de las manos, cuando nos sentimos en una posición de desventaja con respecto al otro (a) o cuando no tenemos herramientas para llevar a cabo una confrontación asertiva y pacífica.

En cualquier otro escenario, será conveniente atender el conflicto con la persona con la que se tiene, de frente, con respeto, y no en el momento en que la emoción por el agravio (percibido o real) está presente.

No me atrevo a decir un número exacto, pero un alto porciento de los conflictos que he vivido y gestionado se hubiesen mitigado con una sola conversación abierta, de frente, transparente, respetuosa donde exponemos aquello que nos ha causado malestar.

Ampliemos en el tema de Resolución de conflictos 101:

(Les comparto en bullets una receta que a través de muchos años como Gerente de Proyectos, Directora, Consultora y Coach he observado que funciona vs lo que no)

  • Si nos hemos sentido agraviados(as)/lastimados(as)/heridos(as) por alguien, es recomendable no ir a publicarlo en las redes sociales, ni destruir puentes alimentando chismes, lo mejor que funciona es ir directo a la persona (no bajo la emoción de ira, coraje, tristeza o cualquier otra bajo la cual nuestra respuesta puede no ser la mejor) y buscar aclarar la situación. 
  • Al escribir un texto o e mail, no es bueno que le demos “send” con la “cabeza caliente” o sea, bajo la emoción. Respirar. Pausar. Soltar. Darnos tiempo. Cuando la emoción sea de calma, (podemos pensar mejor, reflexionar), solo entonces, responder.  Suelo dejar algunos mensajes “marinar” 24-48 horas y al releer me doy cuenta de que no tengo que enviarlo porque ya resolví con el paso 1 o de que puedo bajarle al tono con el que lo he escrito bajo ‘coraje’. El resultado de un estilo vs el otro es asombrosamente diferente.
  • La responsabilidad suele ser compartida: Darnos la oportunidad siempre de evaluar nuestra contribución al conflicto, entender que la otra persona “no está loca”, y que el conflicto rara vez es algo que se genera en el vacío. Alguna historia hay. De alguna manera hemos sido co-creadores o co-participantes en la situación que enfrentamos. Darnos el permiso a mirarlo es de mucha utilidad para provocar voluntad de cambio. 
  • Antes de una crítica o feedback negativo(aunque sea constructivo), ofrezcamos algún feedback positivo. Todos y todas tenemos virtudes y defectos. Estaré más receptiva a escucharte si me siento validada, respetada, valorada por ti. 
  • Cuando querramos “corregir” a alguien, es bueno preguntarnos si lo que se quiere es construir o destruir. ¿Qué emoción prevalece? La gasolina ¿es el amor o es el ego? 
  • Retarme a reflexionar: ¿Qué pensaría yo si estuviera del otro lado,  mirando el asunto desde la otra perspectiva? ¿Puedo sentir empatía por alguien con quien tengo un conflicto? 
  • ¿Cuán flexible me considero a la hora de reflexionar, echar atrás el tener la razón y/o pedir u otorgar perdón?
  • Muchos de nuestros conflictos empiezan en nuestra interpretación (Correcta o incorrecta) de porque la otra persona hace lo que hace o deja de hacer lo que espero que haga. Si leemos Los cuatro acuerdos (autor: Don Miguel Ruiz) encontraremos al menos dos que nos ayudan a lidiar sanamente con los conflictos, uno de ellos es “no hacer suposiciones” y el otro”no tomar nada personal”
  • ¿Me quedo aferrado(a) a algo que sucedió durante varios días, semanas, meses o años? O ¿comprendo que fue solo un momento, algo que ya pasó y luego de la “limpieza de espacio”, lo dejo ir?

Y last (por ahora), con la persona que nos dice “buen provecho” en el restaurant de sushi o el fast food, será muy poco probable que tengamos conflicto. Pero esa misma persona en el escenario laboral, o familiar e íntimo, sin duda en algún momento, tarde o temprano, nos apretará un botón. Evalúa siempre cuán importante es tener la razón vs cuán importante es mantener la relación y/o lograr juntos (as) el resultado deseado. 

Todos estos puntos, si profundizamos tienen 755 vertientes. Nada es tan sencillo ni lineal como parece. Lo sé. 

El conflicto es parte inherente de toda interacción humana que es constante. Del conflicto podemos escoger aprender. Y del conflicto salimos con una relación menos o con una relación más sólida. Siempre podemos escoger. 

Ingredientes importantes en toda resolución de conflictos lo serán la tolerancia, la empatía, la escucha activa y la humildad para reconocer que todos y todas nos equivocamos de vez en cuando

Aprendamos de nuestros fieles animales caninos, a quienes “regañamos” y al ratito están de vuelta, buscando nuestra atención y afecto.

Paciencia y paz.

Fuente: LinkedIn https://www.linkedin.com/pulse/trabajamos-como-perros-c%25C3%25B3mo-gestionamos-el-inevitable-cab%25C3%25A1n-delgado-uu5ve/?trackingId=rlpFD5vmQkmRV5goX%2Fqbgg%3D%3D