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Lo que es OBVIO se OBVIA

por Vladimir Tovar

April 2, 2020

De estos relatos espero aprender. Siempre estoy en la posición de aprender y hacerme útil a tu causa profesional. De ti solo espero el poder ayudarte a sacar todo ese talento que llevas adentro, enfocarlo, y colaborar en tus retos personales. ¡Solo eso espero!

En Venezuela hay un refrán que dice: “Nadie escarmienta en cabeza ajena”. Significa que nadie aprende por experiencia de otro, pero los que seguimos las teorías de la psicología cognitiva afirmamos que una de las formas más efectivas en la que aprendemos los seres humanos es por comparación (un ejemplo, el modelaje).

En mi relato de la semana pasada, hablamos de las varitas mágicas y cómo las culturas en algunas empresas podrían ser modelos de comparación y fuente de ventaja competitiva. Siguiendo en la misma tendencia, hoy quiero comparar la rigurosidad de algunos procesos en las empresas que se llevan casi a la perfección y que son dignos de replicar, con aquellos en los que deberíamos ser más disciplinados y lamentablemente no lo somos.

Por unos minutos transportémonos a una sala de reuniones, llena con todos los líderes de cada área. Después de una batalla de agendas, logramos juntarlos a todos en la ciudad de Miami para poder mostrarles ejemplos de mercado en Estados Unidos. En aquella sala, la vista al mar yo creo que llegaba hasta el Caribe. Había un sol espectacular y el cielo azul, ¡wow! Toda la vestimenta era casual y se sentía “buen rollito”, como dicen los españoles, por cierto, también presentes. Se escuchaban chistes, chismes de mercado, se veían sonrisas, teníamos unas sillas súper cómodas, y un café decente. La presentación con muchos colores, muy bien proyectada y comentada. La CFO, Carla, nos presentaba al grupo los presupuestos aprobados y sus condiciones para el año siguiente. Me estaba muy curioso que a la CFO se le notaba ansiosa, a pesar de tener todo bajo control y a la audiencia totalmente conectada con el asunto. Cada vez que alguien le hacía una pregunta, ella contestaba de forma muy escueta, sin profundizar, como con ganas de acelerar el proceso y a medida que pasaba el tiempo recogía sus cosas haciendo movimientos como de salida. De momento, el director de operaciones le pregunta: Carla, ¿podemos volver a la segunda lámina? Quiero que aclaremos algo desde allí. Carla volvió amablemente, pero con la observación de que tenía que partir a trabajar en la nómina del próximo mes. Era el día 12 y la nómina se pagaba el día 5 de cada mes. Yo le digo: Carla, ¡no te preocupes! ¡Tenemos tiempo para la nómina!

Una vez aclarada la duda al director de operaciones, la CFO nos explicó el calendario para hacer la nómina, la parte matemática automatizada, el proceso de aprobación, confirmación del efectivo disponible, emisión de pagos, tiempo entre bancos, todos finamente detallado y riguroso en los tiempos, para justificar su disciplina, ¡sin desperdicios! Qué buen ejemplo de un proceso controlado. 

Dejemos a la CFO aparcada por un momento y hablemos de uno de los aprendizajes más importantes que he observado en el ejercicio de alinear estrategias, además de desarrollo de liderazgo, que es el de la comunicación. Cuando queremos diagnosticar la cultura organizacional observamos la frecuencia, los medios, los estilos usados para comunicación en las organizaciones. Usualmente eso nos habla mucho de lo que pueda estar pasando. Bueno, ustedes se preguntarán: ¿que tiene esto que ver con la nómina? Es cierto, la comunicación y la nómina no tienen nada en común.

Bueno, he utilizado el pago de nómina como un ejemplo de los procesos más organizados y rigurosos en la mayoría de las empresas (Carla, un aplauso por tu disciplina para este tema tan importante). Decía la CFO: “como ustedes entenderán, no podemos fallar con la nómina” y por supuesto a esa afirmación le seguían los gestos afirmativos de todos los participantes que le daban la razón.

¿Será que debemos fallar con la comunicación? Uso “debemos” porque de poder, podemos. ¡También pudiéramos fallar en la nómina! ¡Somos humanos!

Trabajemos para desarrollar empresas que les otorguen la misma rigurosidad y disciplina a los procesos de comunicación que a los de la nómina. Imagínense al líder que diga, tengo que interrumpir esta reunión con todos los directivos y sus jefes porque tengo que ir a escuchar a mi equipo, porque tengo una reunión 1:1 con X persona o porque tengo la reunión de arranque del turno o tengo una sesión de “feedback”, o un café con aquel, etc. Normalmente estas se retrasan, se posponen o se delegan, porque aquello que no tiene la consecuencia inmediata, parece que siempre se puede posponer y tenemos la falsa creencia de que tiene menos impacto negativo que otros temas. Bueno, como dicen en mi país: “La procesión va por dentro”.

La procesión va por dentro porque cada uno interpreta las señales desde su propia óptica, sus circunstancias, ¡sus miedos!

Como dicen los expertos en las artes de la comunicación: “todo comunica”, hasta quedarse callado, no aparecer, reagendar……  y para terminar de complicar las cosas, la mezcla de miedo y falta de comunicación trae algo que mi amigo Santaandreu (Psicólogo Cognitivo Español) llama la “Terribilitis”, que no es más que exagerar, “terribilizar” la cosas sacándolas de contexto. Claro, cuando tenemos miedo, ¡por protección nos ponemos los lentes con aumento! ¿Y si vemos todo esto desde el punto de vista del que espera la reunión? Este no quiere sentirse excluido, o menos importante, menos necesario o delegable.

Vamos a ser controversiales: ¿y es que yo soy responsable de cómo él se siente? Yo pienso que yo no soy responsable por tus decisiones, pero sí soy responsable de llevar los mensajes correctos, oportunos, claros y defender los valores en la organización. ¡Tú tienes el derecho a elegir como los usas !

Otorga el valor a tu gente con tus acciones Llega puntual a tus reuniones con tu equipo. Respeta el tiempo establecido (ni más, ni menos) y sobre todo escucha (así es como se aprende). Sólo utiliza los canales como el WhatsApp cuando lo amerite, pues es más difícil conectar con las emociones a través de esta vía. Recuerda que la comunicación funciona en doble vía: ¡ellos también te quieren medir! Sé asertivo, pero también utiliza el sentido del humor. Creo que es terapéutico. Tenemos el deber de humanizar las organizaciones. Recuerda que tú, como líder, también necesitas ser escuchado, aceptado e incluido. De esta forma, podrías dar el ejemplo.

Aprendí de unos amigos comunicadores que “lo que es obvio se obvia”. ¿Lo que te he mencionado anteriormente te parece obvio? ¿Tienes una estrategia de comunicación? ¿Utilizas los canales correctamente? ¿Eres riguroso en su cumplimiento?

Un gran abrazo. Stay tuned!