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FOCO – y su “archienemigo” los distractores.
por Vladimir Tovar
July 7, 2020
La palabra FOCO viene del latín – “Alcanzar Hacia”, se refiere a nuestra capacidad de enfoque, de dirigir nuestra atención a donde queremos de forma consciente. Es en un instrumento de acción de la autoconciencia, ya que al reconocer algún estimulo o anticiparlo, esto nos permite ejecutar la acción que hemos decidido aplicar para atender el estimulo; por ejemplo, buscar un pensamiento positivo que otorgue balance a alguno negativo que este surgiendo en ese momento, o prestar toda la atención a algunos de los tipos de comunicación con alguien que estemos interactuando.
Desarrollar esta capacidad de enfoque nos otorga un elemento diferenciador, una ventaja competitiva que nos ayuda a reconocer mensajes y emociones que se puedan estar desarrollando en otros, lo cual es un ingrediente importante para el desarrollo de la empatía y propulsor del liderazgo. En el plano personal nos permite reconocer disparadores de nuestras emociones y generar respuestas planificadas ante situaciones de nuestro entorno.
En un mundo sobre – estimulado como en el que vivimos, resulta cada vez mayor el reto de enfocarnos.
En la literatura sobre inteligencia emocional se segmentan dos tipos de distractores:
Externos o sensoriales e internos o emocionales
Los externos o sensoriales por ejemplo suelen ser el ruido, la brisa, nuestros movimientos o roce de nuestro cuerpo, etc. En esta categoría incluimos uno muy importante como es todo lo relacionado con la tecnología, todo lo que tiene un monitor o pantalla, los teléfonos celulares las tabletas, etc. Estudios indican que un teléfono móvil puede secuestrar el 80% de la capacidad de atención de nuestro cerebro, limitando a sólo un 20% de oportunidad de reconocer estímulos, practicar la escucha activa, etc. y ni se diga como afecta la empatía, ya que en nuestra interacción con otras personas podríamos estar enviando una comunicación no verbal que pudiera ser interpretada como de menosprecio por lo que el otro comenta.
Por otro lado, están los distractores emocionales que usualmente se manifiestan como la rumia o repetición de pensamientos negativos, estos son enemigos poderosos de nuestro bienestar emocional, estos pueden llegar a secuestrar nuestros sistemas emocionales y dirigirnos a situaciones como perdida de objetividad o en mayor grado a estados depresivos.
El foco lo practicamos con lo que llamamos: Atención selectiva. Puedes decidir y practicar enfocarte en un escrito mientras alguien te esta hablando, o puedes decidir enfocar en la postura de una persona y evaluar su comunicación no verbal, o detallar cada palabra que dice, también, puedes enfocarte en algo que llamamos “leer la habitación” que no es más que cuando llegas por ejemplo a una reunión, tratar de interpretar el ambiente que existe, quizás hay tensión, desánimo, falta de interés, etc. Por ejemplo, para los deportistas profesionales es vital desarrollar la capacidad de concentración, de foco selectivo, mientras el recinto esta lleno de fanáticos gritando, poder concentrarse en su tarea o función es de suma importancia ya que esto podría influir en la calidad de su desempeño; tanto las emociones negativas como las positivas, por ejemplo cuando el público les aplaude y la situación le permite hacerlo, entonces podría mover su atención selectiva a disfrútalo, atesóralo y no lo dejarlo pasar, lo mismo nos ocurre cuando lo practicamos tanto en nuestra relación con otros, como en la gestión de nuestras emociones y si los deportistas pueden ante miles de personas, nosotros también podemos.
Para atenuar los distractores tanto sensoriales como emocionales, la forma de practicar es todos los días tratar de identificarlos, separarlos, por ejemplo, conscientemente me muevo de prestar atención de un ruido a otro, puedes pasar de escuchar principalmente la brisa a escuchar el sonido del aire acondicionado, esta practica te ayuda a ser selectivo.
Con respecto a los distractores emocionales, lo primero debemos es identificar cuales son los disparadores que despiertan alguna reacción y dan paso a los mensajes internos que se pueden convertir en rumia y desgaste. algunos psicólogos recomiendan un ejercicio práctico para detener la rumia, una vez reconocida, consiste en ponerle nombre un llamativo y hasta jocoso que nos genere una especie de corto circuito de pensamiento, cada vez que aparezca por ejemplo “ hay viene la zorra autocritica”, “el celo morón”, “la envidia cochina”, etc. poniendo en practica este ejercicio cada vez que identifiques el mensaje, estarás creando una interrupción en el proceso de pensamiento repetitivo y ganaras tiempo para reenfocarte, si lo haces cada vez que aparezca estarás entrenando a tu cerebro para descartarlo.
Imaginemos que estamos en un proceso de negociación y estar enfocado nos permite observar claves que guíen la negociación o identificar palabras y gestos que ayuden a crear confianza en esa situación y de esta forma favorecer el objetivo que buscamos, otro caso podría ser el atender a un integrante de nuestro equipo y poder identificar que quizás no se siente bien, poder anticiparlo y mostrar interés con algún mensaje de aliento, esto no solo humaniza nuestro entorno, también estaremos construyendo una mejor relación.
La capacidad de enfocar selectivamente nos permite recopilar mas y mejor información, lo cual es una fuente de ventaja competitiva en nuestro proyecto de desarrollar nuestra inteligencia emocional y hacernos mejores lideres cada día, sin hablar del bienestar y salud emocional que genera detener la “Bendita Rumia”
¡Sigue conectado, seguimos aprendiendo, seguimos creciendo!
Quien soy: Vladimir Tovar
¡Crecí en un hogar de educadores y lo llevo en la sangre! ¡entro en estado de “flow” con todos estos temas! Soy creativo de soluciones, acelerador de procesos y emprendimientos, líder y optimista por elección, abrazo el sentido del humor así tenga virus, soy aventurero, me gustan los deportes extremos y soy amante de las bicicletas.
Desde hace más de 20 años me pagan por ayudar a optimizar empresas, a sacar lo mejor de las personas y facilitar los procesos, poner en marcha ideas, potenciar líderes, diseñar e implementar estrategias, gestionar cambios y humanizar las organizaciones.
Me gusta estudiar, he completado estudios en Ingeniería Industrial, Maestría en Comportamiento Organizacional, Máster en Administración de Negocios, estudios en gestión de empresas y estrategia de negocios en universidades como: IE Business School, Harvard Business School, Stanford Business School, INSEAD París, Instituto Tecnológico de Monterrey, certificado en Psicología Positiva y en la actualidad estoy cursando estudios en el Instituto Goleman para el desarrollo de inteligencia emocional en organizaciones.
Email:vjto1000@gmail.com