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Empatía – Síndrome de Estocolmo y Liderazgo
por Vladimir Tovar
July 17, 2020
En este relato vamos a relacionar 3 conceptos diferentes, pero que son muy poderosos en sus lecciones, tanto para nuestro desarrollo personal como para el liderazgo, pongámonos en marcha con el concepto de empatía.
“La empatía es la acción de comprender los sentimientos y emociones, intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo”
Siempre hemos hablado de empatía reflejada en otros individuos, les quiero pedir que en este espacio lo gestionemos desde una doble perspectiva, una es con respecto a los otros y la otra es auto-empatía, ambas dimensiones las podemos poner en práctica con los mismos conceptos y ejercicios.
Igual que la máscara del avión, el truco esta en empezar por nosotros mismos; esto lo aprendí después de viejo, con una ONG en Puerto Rico “Jóvenes por Puerto Rico”, ellos se dedican a apoyar a jóvenes en riesgo de deserción escolar, el fundamento de su éxito es desarrollar destrezas, para que asuman el liderazgo de si mismos; primero formamos a los Messi y luego ensamblamos los equipos.
La empatía tiene 3 divisiones o tipos, investigaciones demuestran que, tanto en individuos como en organizaciones, aquellos lideres que cuentan con estas tres dimensiones, son los que su habilidad de empatía es efectiva:
1. La empatía cognitiva: es la que esta relacionada con la parte del conocimiento, es poder reconocer las perspectivas del otro (¡y las nuestras recuerden!), ¿cómo es su aproximación a las situaciones desafiantes?, ¿es optimista?, ¿es pesimista?, ¿alguno de los dos en extremos?, ¿es dramático?, ¿la madre de los “Drama Queen”? o ¿el máster de la “Terribilitis” ?, etc.
2. La empatía emocional: se refiere al reconocimiento de las reacciones emocionales, recuerden que son reacciones, que dependen de una interpretación (que viene de la empatía cognitiva), a veces lloramos, a veces nos molestamos sin razón aparenten, ¿nunca les ha pasado que alguien que se ríe a carcajadas, cuando realmente lo que esta es muerto de susto?, por eso es importante reconocer los tipos de empatía y dividirlas, en este caso específicamente la risa es empatía cognitiva, pero ser capaz de reconocer que esa risa es producto del miedo es tener empatía emocional.
3. La “pre-ocupación” empática: Aquí es donde viene la acción, muchas veces reconocemos la emoción pero no tomamos acción, muchas veces somos los mas fuertes en nuestro dialogo interno, pero no nos aplicamos nada de autocompasión, muchas veces reconocemos situaciones complicadas en otras personas, pero no actuamos, ¿de que sirve amar a alguien si no lo transmites?, y sin esta última fase, la empatía no es completa, no es efectiva.
El “secret sauce” de la empatía radica en la comunicación, la no verbal en este caso resulta más importante aún; ya que podríamos estar en contextos de muy poca comunicación verbal; observar los mensajes no verbales, los gestos, miradas, énfasis en ciertas palabras, son claves a la hora de ir construyendo la empatía, sobretodo para la cognitiva y emocional. Hacer esfuerzos por “leer” a las otras personas y posteriormente exteriorizar nuestro apoyo o compasión, serán fundamentales para el desarrollo de están gran habilidad.
Un truco para los líderes que quieran desarrollar la empatía cognitiva, podría ser invitar a personas de su “circulo de atención” y pedirles que les cuenten una historia de éxito y otra de fracaso que les haya sucedido, e interpreten su enfoque, a veces tanto lo positivo como lo negativo lo narramos en negativo o en positivo, esto les dará referencias de como es la aproximación de esa persona ante los eventos de la vida.
¿y que tiene que ver el Síndrome de Estocolmo y como lo relacionamos con la empatía y en consecuencia con el liderazgo?
El Síndrome de Estocolmo se presenta ante una situación de secuestro, durante y hasta después del mismo, es un trastorno emocional transitorio, en el que la persona retenida contra su voluntad desarrolla un sentimiento de gratitud, una relación de complicidad e incluso un gran afecto por la persona que la retiene. Tanto es así, que es capaz de justificar el acto delictivo.
Solo para fines pedagógicos traigo el síndrome de Estocolmo como ejemplo de lo poderoso de la mente y el poder transformar un hecho delictivo en una acción empática y convertir a el secuestrador increíblemente en un líder, evidentemente nuestra mente no esta en modo objetivo hay un auto-secuestro de nuestros pensamientos.
El síndrome se produce cuando se observan alguna de las siguientes situaciones:
- La víctima teme por su vida en un principio, pero esta idea va decayendo a medida que va tomando contacto con su agresor, y comprueba que ese riesgo no existe. (disminución de miedo)
- Cooperación para salir ilesos del incidente. (cooperación)
- Aislamiento y monotonía estimular: el secuestrador es su único referente espacio-tiempo. (Un guía)
- La ideología del secuestrador/es puede influenciar al rehén, de tal manera que éste empatice con el fin que persiguen. (Influencia)
Quiero destacar que, si ante una situación que amenaza tu vida, eres capaz de desarrollar un sentimiento de gratitud, ¿te imaginas lo poderoso que podría ser la empatía ante una situación sincera de apoyo?, también esto aplica a una empresa, a una marca, las marcas tienen clientes para ser empáticos con ellos, cuando diseñamos estrategias de marcas, les creamos personalidad, las tratamos como personas que tienen clientes para ser recipiente de la empatía, desde esa dimensión creamos conexión emocional con las marcas.
Una de las definiciones que me gusta mucho de liderazgo es: “Aquella persona que te lleva a un lugar al cuál no hubieras ido por ti mismo”. Si al secuestrador le funciona, la empatía definitivamente te ayudara aun más a tí en este propósito y también lograras una conexión mas humana con todo tu equipo y clientes.
Devuelta con a la auto-empatía, el cambio a menudo ocurre dando pequeños pasos. Puedes experimentar con un ejercicio para fortalecer la auto-empatía, comienza por sintonizar tu narrador interno, reemplaza la autocrítica con la auto comprensión, pregúntate a ti mismo, “¿cómo tratarías a un amigo que está en esta misma situación?”, te apuesto que la respuesta será menos dura con tu amigo, que tu narrativa interna y si esta persiste entonces pregúntate “¿Es eso realmente cierto?” o “¿Yo trataría a un amigo de esta manera?”
Acepta que eres humano, que todos los seres humanos sufren y cometen errores.
Encargarnos de nosotros mismos primero, de ninguna forma es una acción egoísta, todo lo contrario, es estar más y mejor preparados para ayudar a otros, es una inversión con los mejores retornos, es una de las mejores fuentes de bienestar.
-La verdadera alegría llega con la empatía. -Tim Finn.
Quien soy: Vladimir Tovar
¡Crecí en un hogar de educadores y lo llevo en la sangre! ¡entro en estado de “flow” con todos estos temas! Soy creativo de soluciones, acelerador de procesos y emprendimientos, líder y optimista por elección, abrazo el sentido del humor así tenga virus, soy aventurero, me gustan los deportes extremos y soy amante de las bicicletas.
Desde hace más de 20 años me pagan por ayudar a optimizar empresas, a sacar lo mejor de las personas y facilitar los procesos, poner en marcha ideas, potenciar líderes, diseñar e implementar estrategias, gestionar cambios y humanizar las organizaciones.
Me gusta estudiar, he completado estudios en Ingeniería Industrial, Maestría en Comportamiento Organizacional, Máster en Administración de Negocios, estudios en gestión de empresas y estrategia de negocios en universidades como: IE Business School, Harvard Business School, Stanford Business School, INSEAD París, Instituto Tecnológico de Monterrey, certificado en Psicología Positiva y estudios en el Instituto Goleman para el desarrollo de inteligencia emocional en organizaciones.
Email:vjto1000@gmail.com